Hoy me dirijo a ustedes con un corazón lleno de gratitud y nostalgia, ya que ha llegado el momento de despedirme de mi rol como jefa de residentes. Este capítulo de mi vida ha sido uno de los más desafiantes y gratificantes que he tenido el honor de vivir.
En primer lugar, quiero expresar mi más profundo agradecimiento a cada uno de ustedes. La dedicación, el esfuerzo y la pasión que todos hemos compartido durante este tiempo han sido realmente inspiradores. Hemos enfrentado momentos difíciles, largas jornadas y situaciones complejas, pero siempre hemos salido adelante gracias a la colaboración, nuestros distintos atributos y el espíritu de equipo que nos caracteriza.
A mis colegas residentes, gracias por su compromiso y por la confianza depositada en mí. Juntos hemos aprendido, crecido y superado obstáculos que nos han fortalecido tanto profesional como personalmente. Estoy orgullosa de lo que hemos logrado y sé que cada uno de ustedes seguirá destacándose en sus futuras carreras.
A los futuros jefes de residentes, nuestro programa es afortunado de contar con ustedes. Tengo plena confianza en que su corazón e intenciones puras les permitirán hacer un excelente trabajo y serán el mayor apoyo del cual nuestro equipo se beneficiará.
Aunque esta noche no pude estar presencialmente con ustedes y dejo el cargo de jefa de residentes, sepan que siempre estaré disponible para apoyarlos en lo que necesiten. Tengo mucha fe en que continuaremos encontrándonos en nuestros hospitales y en futuras jornadas profesionales.
Me llevo recuerdos inolvidables y aprendizajes que atesoraré siempre. Les deseo a todos mucho éxito y satisfacción en sus futuros desafíos.